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Características demográficas y sociales

 Población estancada o de débil crecimiento.

  • Ciclo demográfico antiguo.

La demografía del Antiguo Régimen representa un ciclo demográfico antiguo, que se caracteriza por unas tasa de natalidad y de mortalidad elevados y una baja esperanza de vida de la población que tiene como consecuencia el escaso crecimiento de la población.

La subalimentacion, la falta de higiene y el atraso en la medicina provocaban una mortalidad muy elevada entre un 30% y un 40%. La mortalidad infantil se situaba entre el 20% o el 30%, en ocasiones se ha señalado que la mitad de los niños morían antes de los 15 años y eran necesarios 2 nacimientos para conseguir un adulto. La esperanza de vida era muy baja, aprox. 28 años y la mezcla de edad de los adultos se aproximaba a los 45 años, y las mujeres tenían una media de 5 hijos.

Geohistoarteducativa (CC BY-NC)

Pero se considera al siglo XVIII como un periodo de transición hacia la revolución demográfica. Esto es debido a que durante este periodo se produce un leve pero mantenido crecimiento a causa, sin duda, de la desaparición de las mortalidades catastróficas. La consecuencia fue que al mantenerse el mismo comportamiento en la natalidad y una reducción de la mortalidad extraordinaria, se produce un aumento sostenido.

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Geohistoarteducativa (CC BY-NC)

Este texto te dará idea del comportamiento demográfico de la época:

“Nuestra familia no cesaba de aumentar y la cuna estaba constantemente ocupada, aunque, ¡ay¡, la mano estranguladora de la muerte nos había arrancado de ella a alguno de sus pequeños ocupantes. Hubo tiempos, tengo que confesarlo, en que me parecía cruel llevar hijos en el vientre para perderlos luego y tener que enterrar amor y esperanzas en sus pequeñas tumbas (...). La mayor de mis hijas, Cristina Sofía, no vivió mas que hasta la edad de tres años, y también mi segundo hijo, Christian Gottlieb, murió a la más tierna edad. Ernesto Andrés no vivió más que unos pocos días más, y la niña que le siguió, Regina Juana, tampoco había llegado a su quinto cumpleaños cuando dejó este mundo. Cristina Benedicta, que vio la luz un día después que el del Niño de Belén, no pudo resistir el crudo invierno y nos dejó antes de que el nuevo año llegase a su cuarto día (...) Cristina Dorotea no vivió más que un año y un verano, y Juan Augusto no vio la luz más que durante tres días. Así perdimos siete de nuestros trece hijos, (...) bondadosas mujeres de la vecindad trataban de consolarme diciendome que el destino de todas las madres es traer hijos a este mundo para perderlos luego, y que podía considerarme feliz si llegaba a criar la mitad de los que hubiese dado a luz.”

La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach.

Una sociedad estamental

El estamento es aquel grupo social que tiene una misma situación jurídica y sus integrantes gozan de unos derechos y obligaciones propios , diferentes de los demás estamentos. En el Antiguo Régimen hay tres estamentos: clero , nobleza y pueblo llano (Tercer Estado).

1. Los privilegiados:

  • Alta nobleza –baja nobleza. (2% -3%) de la población.

a) Poseen la mayor parte de las tierras.b) Privilegios:

    • Honoríficos:
      • portar espadas,
      • banco reservado en las Iglesias
      • acceso a altos cargos
    • Económicos:
      • Derechos de caza
      • Exención de trabajar en obras públicas
    • Fiscales:
      • No pagan impuestos
      • Derechos de cobro
    • Judiciales: desigualdad ante la Ley
  • Alto clero – bajo clero. (1%)
    • Gran riqueza patrimonial
    • Importancia intelectual e ideológicaPrivilegios fiscales:
      • No pagan impuestos directosIngresos proceden del cobro de diezmos
      • Amortización de su patrimonio
      Alto clero goza del lujo y privilegio de los nobles (abades, obispos, cardenales, ...)
    • Bajo clero: vida modesta sin lujos: sacerdotes, párrocos y monjes

2. Los no privilegiados pueblo llano (Tercer Estado) -baja nobleza y bajo clero se sienten a veces más cerca de las ideas y problemas de los no privilegiados. En muchas ocasiones viven mucho peor que éstos-.

  • Burgueses, cada vez más importantes.
    • Rentista
    • Financiera
    • Industrial
    • pequeña burguesía
  • Pueblo urbano (futuro proletariado, ahora oficiales, aprendices,…).
  • Agricultores propietarios.
  • Agricultores arrendatarios.
  • Jornaleros.
  • Pobres.

3. Predominio económico de la burguesía: la aristocracia y el alto clero empiezan a ser vistos como parásitos.

4. Desde fines del XVII, en Inglaterra tras su revolución ( Cromwell ,...), empiezan a actuar en política y pretenden hacerlo en el resto de Europa Occidental. Se consiguen derechos:

  • 1679: Imposibilidad de ser juzgado antes de las 72 horas y el derecho a un abogado.
  • 1689: Declaración de Derechos posibilita la pérdida del poder del monarca.
  • Se asienta el principio de separación de poderes.

            Con la llegada de la Revolución Francesa, en el año 1789, la sociedad basada en los estamentos fue abolida para dar paso a una nueva estructura social basada en las clases, donde la posición del individuo no venía determinada por su nacimiento en un estamento concreto, sino por la posesión o no de riquezas, de dinero, dando paso a lo que hoy conocemos como una sociedad o sistema capitalista. 

La mujer en el Antiguo Régimen

Desde la Edad Media el único discurso imperante y válido era el masculino, de manera que la información que existe sobre actividades cotidianas, pensamientos, actitudes, comportamientos, etc., nos llega directamente de clérigos masculinos.

Si dejamos a un lado las claras diferencias de género, y nos centramos sólo en las mujeres, habría que hacer otra diferenciación importante: las desigualdades entre clases sociales. Al ser la sociedad medieval una sociedad estamental, encontramos a la mujer noble, la monja y la campesina.

La mujer noble, a pesar de las riquezas y el poder que pudiera poseer, no dejaba de ser una pertenencia del padre, marido o hijo, o moneda de cambio en matrimonios de conveniencia política, estratégica o económica, que al final venían sólo a favorecer a uno u otro hombre . Además, rara vez se les permitía participar en política y tampoco podían disfrutar de su dote ni aun siendo viudas. Sin embargo, sí podían instruirse, un privilegio sólo al alcance de la casta noble y religiosa.

La figura de la mujer religiosa se presentaba como una vía de escape a mujeres que habían pecado y querían redimirse, mujeres que no podrían gozar de una dote en su matrimonio, o mujeres que huyen de un matrimonio pactado.

Pero aún más difícil se presentaba la vida para la mujer campesina. Encargada de la casa, la educación de los hijos, la limpieza, y en muchas ocasiones trabajaba además fuera del hogar en el negocio familiar, como servicio doméstico en otra casa, como jornalera en el campo o en labores de hilado. No hace falta decir que el acceso a la educación para estas clases sociales, sobre todo en zonas rurales, era casi imposible. Véase una excepción en el matrimonio entre Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, que favoreció a ambos reinos al unirse para la futura creación del estado español. Independientemente de la clase social a la que perteneciera, la mujer medieval era la clara constatación de la diferencia entre sexos. Se la consideraba sin rigor por el simple hecho de ser mujer, con inteligencia y capacidades menores, y en casos extremos incluso sin alma.

La cuestión de la diferencia de sexos en la Edad Media era una cuestión biológica: eran seres débiles, moralmente, ya que constituían la imagen de la puerta del pecado; y físicamente, debido a la menstruación, que se entendía como lo sucio y diabólico que salía de ellas. Además, desde la más temprana Edad Media se oponían las dos imágenes de mujer: Eva – María. Eva, y por extensión todas las mujeres, eran la imagen del pecado, por el cual los hombres habían sido desterrados del paraíso y castigados por Dios. María representaba la virtud, la castidad y la entrega; la única excepción. Si avanzamos en el tiempo y nos adentramos en los siglos de Oro, veremos que la situación de la mujer no progresaba respecto a la época anterior, sino que se contribuyó a que se hiciera más grande la brecha entre hombres y mujeres.

Las condiciones sociales en que vivieron las mujeres renacentistas se vieron condicionadas por el discurso eclesiástico, por supuesto, masculino, de quien dependerían para justificar su existencia. De nuevo, hay que citar a María. Por su virginidad, puesto que fue madre sin cometer pecado, se convertirá en paradigma de mujer ideal. Así, la sexualidad pasó a ser el eje definitorio de la consideración femenina. En literatura, surgió la imagen de la “donna angelicata”, que simbolizaba la mujer pura, alegoría de perfección espiritual, virtuosismo, honestidad y discreción; que a la vez reunía ciertos rasgos físicos idealizados (piel clara, cabello rubio, labios rosados, etc.). Esta belleza externa debía ser reflejo de la belleza interior de la dama, que a su vez sería reflejo de la Belleza divina.

Por otro lado, es importante hacer referencia al principal papel (o casi único) de la mujer: ser madre. En lo que respecta a la educación de la mujer, había muchos autores que defendían con criterios biológicos la discapacidad intelectual de las mujeres, basándose en la teoría aristotélica de los cuatro humores: las mujeres son frías y húmedas, y por tanto emocionales; los hombres calientes y secos, es decir, racionales.

Sin embargo, comenzaban a escucharse discursos de autores que concebían la instrucción intelectual en el sexo femenino, como Juan Luis Vives, con su obra De la institución de las mujeres cristianas, Antonio de Guevara o Erasmo, todos ligados al movimiento imperante de la época: el humanismo.

También desde comienzos del siglo XVII damas de la alta nobleza se encargan de fundar instituciones que se dedican a instruir a niñas, que podían ser escuelas propiamente, la casa, el convento o internados laicos. “Lamentablemente, la esencia inmutable en las mujeres de estos períodos es precisamente su condición de subordinación y depreciación”. (Rodríguez-Shadow, 1999: 271). Sin embargo, y a pesar de estas convicciones tan negativas para la mujer, constantemente se vierten en diferentes estudios otras perspectivas acerca de la figura femenina, tales como sus conocimientos en medicina familiar, especialmente en plantas medicinales; o grandes mujeres que se enfrentaron a las circunstancias de su tiempo como Juana de Arco , Leonor de Aquitania , Christine de Pisan , María Pita . 

A partir del siglo XVIII, las mujeres de la alta aristocracia, burguesía, clase media y pueblo llano, plantearon de manera colectiva sus aspiraciones sociales y políticas. Con respecto a la alta nobleza, y a pesar de que debían someterse al poder del marido como lo hacían ante el del rey, eran mujeres de gran inteligencia y ambición, que cosecharon un gran poder en los asuntos domésticos y en el mundo de las artes, siendo fervorosas mecenas. Y mientras que en el siglo XVII la llamada de Dios acaparaba las mentes de hombres y mujeres, en el siglo XVIII una faceta más terrenal sale a la superficie. Esto sólo es posible gracias a la máxima ilustrada que defiende la separación entre la doctrina del Estado, la política y, en otras palabras, lo público; y la doctrina religiosa, es decir, lo privado. Esta situación se dibuja como la más propicia para convertir esa faceta más terrenal en un arte en sí mismo, la del ocio y la despreocupación, que acabará siendo el perfecto terreno para convertir la conversación en arte, dotada siempre de un espíritu crítico muy desarrollado, de gran agudeza y comprensión, y desenvuelto en los salones.

La conversación se regía por leyes que aseguraban un diálogo armónico, donde reinaba el respeto, la elegancia. Además, la capacidad de escuchar estaba tan valorada como la capacidad de hablar. Es la sociedad francesa del XVIII, y más concretamente estos salones, el lugar propicio para la literatura, el teatro, la música, la danza; para lograr la deseada perfección estética; la sociedad en que germina la semilla de igualdad entre hombre y mujeres con intereses comunes y, en definitiva, manantial de premisas ilustradas del que beberá Europa. Progresivamente, la conversación que se ocupaba de asuntos menos elevados y ociosos, se fue abriendo camino en temas más profundos como la reflexión filosófica y científica, intelectual y política, convirtiéndose en una especie de círculo con carácter de asamblea donde todas las voces tenían cabida. De esta forma se aunaban elementos complementarios: levedad y profundidad, elegancia y deleite, búsqueda de la verdad y tolerancia... Todos ellos elementos sobre los que se basa la Ilustración.

Estos nuevos espacios de sociabilidad tuvieron su precedente en el siglo XVII en el Hotel de Rambouillet, propiedad de la marquesa de Rambouillet . Debido a su delicada salud y a su constante interés en cuestiones culturales, reunía en su casa a la élite social e intelectual francesa de la época, dando forma así a este nuevo espacio: el salón. Aquí, tanto hombres como mujeres se congregaban para intercambiar ideas, expresar sus inquietudes o simplemente charlar sobre todo tipo de asuntos intelectuales. Lo novedoso de este salón es que resultó ser el primero en dar mayor peso y autoridad a las mujeres, de modo que la marquesa coordinaba a un grupo de jóvenes francesas de la aristocracia, llamadas "preciosas", que se dedicaban al cultivo del espíritu. El Hotel Rambouillet se erigía en el lugar donde actualmente se encuentra el Palais Royal, que ya presidido por la duquesa de Chartres fue testigo de las primeras reuniones revolucionarias y algunos incipientes levantamientos antimonárquicos. Estos salones se convertirían con el paso del tiempo en salones literarios, gracias a la madurez intelectual de los asistentes y al esplendor de la Enciclopedia, donde se encontrarían amigos y artistas protegidos por la anfitriona de la casa. En resumidas cuentas, suponían una antesala de la Academia Francesa, cuyo acceso debía estar precedido por unos méritos en estos influyentes salones. 

Texto extraido de: "EL PAPEL DE LA MUJER COMO CIUDADANA EN EL SIGLO XVIII: LA EDUCACIÓN Y LO PRIVADO" Lucía Criado Torres

Las ciudades

En la novela "El perfume" se hace una descripción muy detallada de la ciudad de París que nos acerca a la realidad de las ciudades del siglo XVIII

Comentario de texto

Realiza el comentario según el guión de la unidad cero

“Al estar paralizados todos los ramos de actividad, los empleos cesaron, desapareciendo el trabajo y, con él, el pan de los pobres; y los lamentos de los pobres eran, ciertamente, muy desgarradores al principio, si bien el reparto de limosnas alivió su miseria en ese sentido. Cierto es que muchos escaparon al campo, mas hubo miles de ellos que permanecieron en Londres hasta que la pura desesperación les impulsó a salir de la ciudad, al solo fin de morir en los caminos y servir de mensajeros de la muerte, pues hubo quienes llevaron consigo la infección y la diseminaron hasta los confines más remotos del reino.
Muchos de ellos eran los miserables seres de objeto de la desesperación a que he aludido antes; y fueron aniquilados por la desgracia que sobrevino después, pudiendo decirse que perecieron, no por la peste misma, sino por sus consecuencias; señaladamente, de hambre y de escasez de todas las cosas elementales, sin alojamiento, sin dinero, sin amigos, sin medios para conseguir su pan de cada día ni nadie que se lo proporcionase, ya que muchos de ellos carecían de lo que llamamos residencia legal y por ello no podían pedir nada a las parroquias. (...).
Todo ello, si bien no deja de ser muy triste, representó una liberación, ya que la peste, que arreció de una manera horrorosa desde mediados de agosto hasta mediados de octubre, se llevó durante ese tiempo a unas treinta o cuarenta mil personas de estas, las cuales, de haber sobrevivido, hubieran sido una carga demasiado pesada debido a su pobreza.”

Daniel Defoe. Diario del año de la peste (referido a la epidemia de 1722).

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